martes, 28 de febrero de 2012

Origen de la expresión "Irse a hacer puñetas"

Empleamos este uso de forma peyorativa para zanjar una discusión, dar a entender que no estamos de acuerdo con opiniones o actitudes o sencillamente desear perder de vista a alguien. Por ejemplo:"Déjame hacerlo a mi que no tienes ni idea" -"¡Vete a hacer puñetas, no me hables así!" 

Las puñetas son los encajes que llevan algunas prendas en las mangas. En la actualidad las podemos encontrar en las togas de los juristas, en las túnicas de los sacerdotes al realizar los oficios o en los atuendos de algunos cargos universitarios. 
Especialmente en la antigüedad, los bordados que se podían ver en algunas de ellas, eran de tal detalle y carga ornamental, que su confección, realizada a mano y con aguja e hilo, era una tarea muy laboriosa y lenta. Dado el elevado tiempo que se tardaban en realizar, mandar a alguien a hacer puñetas se convirtió en una manera para desear que alguien estuviera largamente ausente para evitar tenerlo en nuestra presencia. 

Detalle de las puñetas de la toga de un jurista

miércoles, 22 de febrero de 2012

Origen de la expresión "Poner pies en polvorosa"

Miniatura medieval de Alfonso III
Empleamos este modismo para indicar que alguien huye de un lugar de forma precipitada. Por ejemplo: "Cuando llegó el rector, el alumno puso pies en polvorosa" 

Su origen proviene probablemente de un acontecimiento bélico histórico en el que Alfonso III, apodado El Magno, Rey de Asturias y León, preocupado por las incursiones que los sarracenos, en el último cuarto del Siglo IX, hacían en su territorio, decidió acabar con las mismas en las inmediaciones del río Orbigo, provincia de Zamora, próximo a la región de los campos de la Polvorosa. Tras una encarnizada batalla, cuando el transcurso de la contienda llegó a tales campos, los islámicos se retiraron de forma desordenada y caótica. De aquel hecho, en el que la entrada en la zona de Polvorosa coincidió con su huida, viene tal expresión que ha llegado hasta nuestros días.

jueves, 9 de febrero de 2012

Origen de la expresión "Tirar la casa por la ventana"

Empleamos este uso para calificar un derroche o gasto sin medida. Ejemplo: "En la celebración de mi boda tiraré la casa por la ventana" 

Su origen se remonta al establecimiento del juego de la lotería, instaurado en España por el Rey Carlos III, el cual importó la idea de la ciudad italiana de Nápoles. 
El primer sorteo de la antigua lotería, el cual era similar a la moderna "primitiva", data del 10 de diciembre de 1763. Era organizada por el Estado, el cual se encargaba del pago de los premios; con esos avales dicho juego se popularizó ipso facto
La aparición de la lotería "moderna", tal cual la conocemos hoy en día, vio la luz en el Cádiz de 1811.
Tal fue la alegría de los primeros afortunados que cundió la costumbre de arrojar cosas inservibles por la ventana de sus casas como forma de celebración.

lunes, 6 de febrero de 2012

Origen de la expresión "Se va armar la gorda"

Este modismo se emplea cuando queremos remarcar que un acontecimiento desencadenará consecuencias violentas o muy llamativas y sonadas.

Su origen se engloba dentro de una serie de acontecimientos históricos en España que desembocaron en una revolución en el año 1868. Conocida por "La Gloriosa" o "La Septembrina" (esta última por haberse producido en el mes de septiembre de aquel año), dicha revolución se originó por el desencanto generalizado de la sociedad de la época dada la inoperancia que el reinado de Isabel II mostró ante los problemas y la crisis económica que castigaban al país.
En Andalucía la llamaron "La Gorda", que es la revolución que esperaban los liberales, la revolución de las revoluciones, la más grande, pero finalmente sus efectos no fueron los esperados y el poder volvió a mano de los moderados.

Alegoría revolucionaria de "La Gloriosa"

viernes, 3 de febrero de 2012

Origen de la expresión "Irse por los cerros de Úbeda"

Empleamos este modismo para hacer entender a alguien que no está siendo claro, que empieza comentando una cosa y se pierde en detalles sin importancia o que simplemente rehuye una pregunta hablando de otro asunto.

Ejemplo: "No te vayas por los cerros de Úbeda que me estabas contando qué tal tu trabajo, no toda tu vida".

Parece ser que el origen de la expresión proviene de un acontecimiento histórico del Siglo XIII. Cuando Fernando III el Santo, en plena reconquista de España, de la mano de sus tropas, pretendía atacar la ciudad de Úbeda (provincia de Jaén), uno de los capitanes a sus órdenes desapareció antes de la contienda. Cuando todo hubo terminado, Álvar Fáñez, que así se llamaba el oficial, reapareció alegando como excusa que se había perdido por los cerros de las inmediaciones de dicha ciudad. La explicación fue considerada por un acto de cobardía dada la improbable circunstancia de perderse en un terreno que a todas luces no es lo suficiente extenso como para ello.

Una segunda versión cuenta que el motivo de su ausencia fue una chica mora de la que había quedado prendado y con la que había estado toda la noche anterior antes de la batalla, quedando "indispuesto" para el posterior y bélico menester.

Imagen de los cerros de Úbeda cercanos a la sierra de Cazorla