viernes, 30 de marzo de 2012

Origen de la expresión "Tocar madera"

Empleamos este uso en el momento en el que nombramos un hecho positivo o negativo, para impedir que nos cambie la buena suerte o nos venga la mala respectivamente. Por ejemplo: "Qué viernes más relajado, toco madera para que siga así".

Sea por creencia religiosa, superstición o tradición, la madera ha sido en el transcurso de la historia para diferentes culturas, un sinónimo de buen augurio y proveedora de virtudes.
Los celtas, entre otros, con su versión animista de la vida, tenían la creencia que al tocar los árboles entraban en contacto con el alma de estos. Para los cristianos, la madera era el símbolo del origen de la cruz de Jesús. Los griegos e indios norteamericanos, al ver que durante las tormentas eléctricas los rayos solían caer sobre los grandes robles, relacionaron a estos con poderes de los dioses, creyendo que residían en sus vetas.
Con el paso de los años se acuñó la expresión como resultado de este tipo de creencias.


martes, 27 de marzo de 2012

Origen de la expresión "El oro y el moro"

Se emplea este uso para definir situaciones en las que se promete más de lo que finalmente se da.

Una vez más, un dicho proviene de un acontecimiento histórico. En este caso en el Jerez de mediados del Siglo XV en plena reconquista, unos caballeros  tras una refriega, apresaron a un grupo de nobles moriscos. Entre ellos se encontraban el alcalde de la ciudad malagueña de Ronda, Abdalá, y su sobrino Hamet. Pagando una fuerte suma de dinero el primero de ellos obtuvo su libertad, pero no su pariente, que ni con la mediación del rey Don Juan II pudo liberarse, dado que sus captores querían más rédito que el conseguido con anterioridad con el argumento de que el mantenimiento del preso había encarecido la cuantía. Finalmente el rey consiguió que Hamet fuera llevado a su presencia y los caballeros quedaron enormemente molestos. El pueblo conocedor del hecho comenzó a comentar que el monarca lo que quería era quedarse con el oro y el moro, término que ha llegado hasta nuestros días.

Recreación de un un episodio de la reconquista española
 

lunes, 26 de marzo de 2012

Origen de la expresión "Quien fue a Sevilla perdió su silla"

Empleamos este uso cuando alguien que quiere recuperar, tras una ausencia, un cargo o sitio que tenía previamente agenciado, se lo encuentra ocupado.

Su origen histórico se remonta al reinado de Enrique IV, en el Siglo XV. Por aquel entonces se le concedió el arzobispado de Santiago de Compostela a Alonso de Fonseca y Acevedo, un sobrino de Don Alonso de Fonseca y Ulloa, que estaba al frente del arzobispado de Sevilla. Don Alonso de Fonseca y Ulloa, más conocido por Alonso I, se implicó personalmente en que su sobrino obtuviera el cargo, que era trambién deseado por el conde Osorio de Trastámara. 
Una vez que su pariente accedió al cargo, no tuvo gran habilidad política en sus formas de recuperar los privilegios que los señores feudales gallegos habían revocado a la Iglesia. Por ello Alonso I decidió intercambiar el arzobispado de Sevilla por el de Santiago durante un tiempo. Al finalizar su gestión quiso volver a ocupar su anterior puesto, pero su sobrino se negó en redondo y tuvo que recurrir a la fuerza y al beneplácito papal para restaurar su posición. Por supuesto el pueblo confeccionó este dicho recordando tal hecho que tuvo gran repercusión en la época.

Palacio arzobispal de Sevilla