Para hablar del origen debemos trasladarnos siglos atrás, probablemente en los comienzos del XVI, cuando a las puertas de los conventos y monasterios comenzaron a distribuirse entre los más necesitados unos caldos muy esenciales, basados en agua, pan, vegetales y algún condimento.
Los universitarios sin recursos también acudían al reparto de esta sopas. Tal era su asiduidad, que se les dio el nombre de "sopistas". El calificativo de "boba" pudo ser por la simplicidad del alimento, pero se dice que podría también ser por la forma de abrir la boca de los mendigos, no acostumbrados a comer platos de cuchara.
Probablemente por el abuso de los que no pasaban tanta necesidad, comenzaría a emplearse el término con el significado conocido que hasta nuestros días ha llegado.
Reparto de sopa en las puertas de un monasterio |
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