Empleamos este uso para indicar que alguien ha podido librarse de una situación comprometida y o arriesgada en el último momento o por muy poco. Por ejemplo: "He aprobado el examen por los pelos, he sacado un 5".
Para hablar de su origen nos remontaremos al año 1809, en el cual reinaba en España el hermano de Napoleón: José I Bonaparte. Éste proclamo una ley para fomentar la uniformidad e higiene entre los marineros de la Armada, entre otras normas exigía el rapado del pelo siguiendo un patrón igual para todos. En concreto dicha norma provocó protestas, algún motín y escritos dirigidos al monarca. La razón de estos pequeños levantamientos fue que muchos de los marineros de la armada, por aquel entonces, no sabían nadar (no era requisito para el enrolamiento, hoy en día algo impensable) y cuando caían al agua la mayoría eran rescatados siendo cogidos por los pelos de su larga cabellera.
La frase fue empleada por las tripulaciones de los barcos de la marina y hoy en día ha llegado con el significado más extenso el cual conocemos.
José I Bonaparte |