martes, 31 de enero de 2012

Origen de la expresión "Caer chuzos de punta"

Empleamos este modismo para indicar que está nevando, granizando o lloviendo con especial ímpetu. También se utiliza para definir situaciones comprometidas. El ejemplo para el primer caso: "Mira cómo graniza! Están cayendo chuzos de punta". En el siguiente caso "El jefe ha llegado con  un enfado..., hoy caerán chuzos de punta, verás".

El chuzo es un arma rudimentaria muy básica, conformada por un palo terminado en punta de hierro. Fue en la Europa medieval donde se pluralizó su uso, especialmente en Suiza. Una de las teorías del origen de la palabra se debe a este país, tras una deformación del lenguaje, sin embargo, según la RAE el nombre provenga quizás de la metátesis de zucho, este del árabe hispánico zúǧǧ, y este a su vez del árabe clásico zuǧǧ, "cuento de la lanza".

En España su utilización se acotó hasta llegar a ser el arma intimidatoria que los serenos, vigilantes callejeros, empleaban para controlar a los maleantes (Ver Origen de la expresión "Tomarte por el pito del sereno")


Chuzo medieval (Fuente Wikipedia)

domingo, 15 de enero de 2012

Origen de la expresión "Pelillos a la mar"

Este modismo se emplea para, después de un enfado o discusión, hacer las paces y zanjar la disputa. Por ejemplo "Venga, no te enfades con él que no lo ha hecho a propósito, dale la mano y pelillos a la mar".

Su origen proviene de una antigua canción infantil, que los niños empleaban para el propósito anteriormente descrito, reanudando su amistad una vez pronunciada. Como acto simbólico que acompañaba la canción, se arrancaban mutuamente un pelo y lo soplaban para que el viento se lo llevara, dando a entender que su enfado era tan insignificante como un simple cabello que con el aire se iba.
Rodríguez Marín, en su libro "Cantos populares españoles", cita la canción que en Andalucía los chavales empleaban para tal fin.

- ¿Adónde va ese pelo?
- Al viento.
- ¿Y el viento?
- A la mar.
- Pues ya la guerra está acabá.


Se cree que el acto simbólico en si proviene del relato de La Ilíada, en el que se narra que después del conflicto entre griegos y troyanos (cuyo origen fue el secuestro de Helena, mujer de Menelao, a manos de Paris) en los banquetes tras sus guerras, sacrificaron a los dioses corderos a los que cortaron pelos que arrojaron al mar como muestra de reconciliación.