Empleamos este modismo, en un tono despectivo, para decir de alguien que carece de sentido común en sus acciones y o que posee una reducida inteligencia.
Esta expresión se empezó a emplear en el Siglo XIX, cuando corrientes como la frenología, craneometría y la fisionomía pretendían establecer una relación entre las dimensiones de las diferentes zonas del cráneo humano y los sentimientos, carácter y capacidad intelectual entre otras características tipo.
Diagrama frenológico del siglo XIX (Fuente Wikipedia) |
Se asumió que una frente ancha y despejada era sinónimo de brillantez, inteligencia y templanza y que una frente estrecha era indicio de todo lo contrario, con lo que se comenzó a acuñar el término comentado, dando como medida de referencia "dos dedos de frente", que indicaría ya de por si que una persona no llegaba a lo mínimo de agudeza y claridad mental y mucho menos el tener una frente más corta.
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