Los griegos y romanos adoraban a una diosa llamada "Ocasión" la cual la representaban desnuda, subida de puntillas a una rueda de carro, alas en los tobillos, con un cuchillo en la mano y con la nuca completamente rapada, teniendo en la frente una frondosa melena. Toda esta simbología pretendía signifcar la fugacidad de las oportunidades que da la vida. El rapado en la nuca impedía agarrar a la Ocasión una vez ésta había pasado de largo. En realidad no la pintaban completamente calva, si no parcialmente como se ve en la imagen, pero fue así como se difundió la expresión con el paso de los años.
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