El origen de la expresión no es claro y presenta lagunas. Se cree que antiguamente una forma de agradecer a los dioses los favores conseguidos, era autolesionarse golpeándose el pecho con una piedra, por eso el modismo original era "Darse con un canto en el pecho". Esta forma de autotortura existe en nuestros días, con otras variantes y también como símbolo de gratitud a entes superiores. Sin ir más lejos en localidades españolas, durante las procesiones de Semana Santa, existe la figura del penitente, la persona para purgar sus pecados o para suplicar un favor se flagela hasta causarse heridas.
Empleando la expresión original como referencia, se empezó a utilizar el término modificado "darse con un canto en los dientes", que pretendía mostrar un mayor dramatismo para darle más énfasis al significado.
Penitentes en procesión |
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