lunes, 21 de mayo de 2012

Origen de la expresión "Ser más chulo que un ocho"

Usamos ese modismo para decir de alguien que actúa con cierta altanería y desafío y o va vestido de forma muy arreglada.

En la Comunidad de Madrid, España, un "chulo (a)" o "chulapo (a)", perteneciente a una de las clases populares de la región, era la persona que desde el Siglo XIX y vestido de la forma estilada en la época, actuaba en conjunto con un característico orgullo y  presunción, que lejos de ser arrogante, emanaba un tradicional encanto.

Indumentaria típica de los chulapos
La indumentaria en las mujeres se conformaba de una blusa ajustada y una larga falda de lunares; en la cabeza un pañuelo rematado por un clavel. En los hombres pantalón generalmente negro, una chaqueta con un clavel en la solapa, chaleco y una gorra a cuadros blancos y negros llamada "parpusa".

Estos chulapos, engalanados de esa guisa, tenían costumbre de, en el 15 de Mayo, (festividad de San Isidro Labrador, patrón de la localidad de Madrid) acercarse a la ermita del Santo a rezarle y realizar un festejo con bailes y comidas tradicionales en la pradera que lleva su nombre. El medio de transporte que empleaban masivamente era la Línea 8 del tranvía de la época, que hacía el recorrido entre la Puerta del Sol y el barrio del río Manzanares.
El pueblo acuñó esa frase, en la que enfatizaban el hecho de que no había algo con más chulería que un tranvía cargado de "chulapos".
La festividad y la indumentaria en las celebraciones del Santo se ha mantenido intacta hasta nuestros días.

Vagón del tranvía de la Línea 8


miércoles, 9 de mayo de 2012

Origen de la expresión "Pasar una noche toledana"

Usamos este modismo para indicar que hemos pasado una muy mala noche, generalmente durmiendo. Por ejemplo: "He tenido una noche toledana, el vecino no paró de hacer ruido".

Su procedencia data del año 812 y fue debido a un hecho truculento que aconteció en la ciudad castellano manchega de Toledo.
Gobernaba Jusuf-ben-Amru dicha ciudad y lo hacía comportándose como un auténtico tirano: secuestraba doncellas para su disfrute y ejecutaba a todo aquel que discutía su comportamiento. Las revueltas de los ciudadanos no se hicieron esperar. En el intento del gobernador toledano de extinguir las protestas fue apresado y finalmente asesinado. Este acontecimiento llegó al oídos del Califa, quien a su vez se lo comunicó al padre de Jusuf, el cual pidió poder enmendar los errores de su hijo y recuperar el honor familiar haciéndose cargo del control de la ciudad.
Amru, padre del antiguo gobernador, rigió la ciudad con respeto y saber hacer ante sus súbditos, incrementando la confianza de los nobles de la ciudad, temerosos inicialmente de las represalias de éste. Todo fue un engaño urdido para su venganza y convocó a todos los ilustres de la capital a una cena multitudinaria. Mientras iban entrando, los comensales eran apartados y decapitados arrojando los cuerpos a un foso. A la mañana siguiente, las cabezas de los caballeros, fueron expuestas en las almenas de la residencia de Amru para el horror de los ciudadanos.
La expresión ha llegado hasta nuestros días desde aquel terrible hecho, con el significado anteriormente descrito.