Se emplea este uso para definir situaciones en las que se promete más de lo que finalmente se da.
Una vez más, un dicho proviene de un acontecimiento histórico. En este caso en el Jerez de mediados del Siglo XV en plena reconquista, unos caballeros tras una refriega, apresaron a un grupo de nobles moriscos. Entre ellos se encontraban el alcalde de la ciudad malagueña de Ronda, Abdalá, y su sobrino Hamet. Pagando una fuerte suma de dinero el primero de ellos obtuvo su libertad, pero no su pariente, que ni con la mediación del rey Don Juan II pudo liberarse, dado que sus captores querían más rédito que el conseguido con anterioridad con el argumento de que el mantenimiento del preso había encarecido la cuantía. Finalmente el rey consiguió que Hamet fuera llevado a su presencia y los caballeros quedaron enormemente molestos. El pueblo conocedor del hecho comenzó a comentar que el monarca lo que quería era quedarse con el oro y el moro, término que ha llegado hasta nuestros días.
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Recreación de un un episodio de la reconquista española |
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